¿Qué es realmente la voluntad de Dios?

EL AMADO MAESTRO ASCENDIDO EL MORYA, HABLA:
Los saludo, Mis amados, en el nombre de la Voluntad de Dios - que es el bien de toda índole y descripción (superando con creces la comprensión actual de la mente humana). ¿Acaso Dios no los creó a ustedes y a su prójimo a Su propia imagen y semejanza, dotándolos con los poderes de actividad creativa (pensamiento, sentimiento, palabra hablada y acción)? ¿Acaso ese mismo Dios de Bondad no les dió toda la vida que pudieran escoger, invocar y utilizar para todo propósito que su inteligencia individual escogiera? ¿Acaso este Dios no dejó de aconsejar, permitiéndoles jugar con la vida y, así aprender la Ley de Causa y Efecto?
La humanidad en su gran mayoría, ha confundido la Voluntad de Dios con su propio karma destructivo retornante, inclinando sus cabezas ante los golpes del "destino" y atribuyendo tales "golpes" a la Voluntad de Dios. ¡ Absurdo !
La Voluntad de Dios es ver a todos Sus hijos restablecidos en su Maestría Divina de energía y vibración... ¡y control constructivo de los poderes de precipitación! Para este fin, el Tribunal Kármico a veces lo permite (no lo condena) a un individuo vivir una vida extenuante a fin de que dicho individuo, quien ha solicitado la oportunidad de redimir sus energías, experimente esas facetas particulares de la zozobra humana y, así, aprenda conscientemente a no crear ya más tales causas (así como la subida y bajada de las mareas es inexorable) que necesariamente tienen que regresar a su creador. Tenemos así la experiencia de una susodicha "vida dura", y el individuo - en sumisión auto-virtuosa - a menudo mal utiliza la frase "el Señor castiga a quienes ama"
La Voluntad de Dios consiste en despertar el alma - que duerme entre la mareas de las masas y que es constantemente inundada por la efluvia de los desencarnados - a la realización de que la herencia Divina de todo hombre consiste en elevarse por encima de la capacidad para crear causas de discordia, y utilizar el Fuego Sagrado de Purificación y Misericordia ( v.g. la Llama Violeta) para disolver no solo los efectos sino también las más sutiles causas internas de angustia.
De, "Boletines Privados de Thomas Printz. Volumen 3"