Atención

No confiemos en nuestro propio juicio para decidir quién está listo para recibir la Verdad, y quién no lo está; más bien dejémonos guiar por el Espíritu Santo. La mayoría de nosotros hemos tenido la experiencia, cuando hemos caído en la cuenta de la Idea Espiritual y lo que significa, de obedecer al impulso natural de comunicar lo que se nos ha revelado a algunos de nuestros amigos, a quienes creemos que podemos persuadir fácilmente y nos hemos encontrado con que, en la mayoría de los casos se niegan por completo a recibirla. En cambio, algunas personas, a quienes considerábamos poco desarrolladas espiritualmente, se muestran muy receptivas y emprenden con éxito la transformación de su vida según el nuevo conocimiento. Si oramos regularmente todos los días pidiendo sabiduría, inteligencia y nuevas oportunidades de servir, las personas adecuadas se presentarán sin que las busquemos; o nosotros iremos a ellos; y una ocasión conveniente se presentará para introducir el asunto. Mientras no estemos seguros de que sea prudente hablar de la Verdad, abstengámonos de hacerlo; en lugar de ello, oremos en silencio pidiendo que se nos guíe y dejemos el asunto en manos de Dios. Algunas veces no ocurre nada, no se presenta ninguna oportunidad mientras estamos con nuestro amigo, lo cual quiere decir que no ha llegado la hora y que nuestros esfuerzos no habrían servido para nada. Muchas veces, sin embargo, una ocasión obvia se presenta en la conversación, o algún incidente
externo brinda el pretexto para introducir el asunto. Y he comprobado algún despertar sorprendente y agradable que surgió de esta manera.
Sobre todo abstengámonos de obligar a las personas con quienes vivimos o con quienes trabajamos a considerar la cuestión de la Verdad; especialmente en casa. Es fácil que nos convirtamos en un fastidio tratando de forzar con nuestras ideas a personas que no pueden apreciarlas, pues aún no están preparadas.
Como nuestros familiares y nuestros socios tienen que vemos frecuentemente, no es prudente importunarlos o irritarlos. Démonos cuenta de que ellos, al no haber experimentado nuestro despertar personal, no puedan ver la cosa como nosotros la vemos; y que lo que ellos ven es otra cosa.  

                                                                                                                     Emmet Fox

"El sermón de la montaña"

2020 GHM, Argentina
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar