Como actuar en una crisis
COMO ACTUAR EN UNA CRISIS
"Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro." (Salmos 91:4)
En el curso del diario vivir, surgen crisis individuales que afectan sólo a una
persona, a una familia o a un grupo localizado de seres relacionados; y en muy pocas
ocasiones -gracias a Dios- se dan grandes crisis nacionales e internacionales que
afectan a millones. Lo importante que cada quien debe recordar es que cualquier
grupo, sin importar cuán grande o pequeño pueda ser, está compuesto de la unidad
individual, multiplicada. El individuo calmado, equilibrado y razonador se convierte
en el punto fundamental para la gran masa que es incapaz de hacerle frente
inteligentemente al estremecimiento repentino, sorpresa, miedo o lo que la apariencia
pueda ser. Todos hemos escuchado hablar de cómo grandes masas de público han sido
sacadas con toda seguridad de edificios en llamas mediante el rápido pensar y control
maestro de un artista del escenario o de un miembro del público, quien dirigió el
patrón de pensamiento de la masa, manteniendo el orden y el equilibro de todo el
grupo.
La histeria emocional y todo el sentimiento masivo son altamente contagiosos, y se
desplazan -como un fuego forestal- a través del mundo emocional de la humanidad. No
hay individuo que pueda enfrentarse a la inesperada perturbación repentina, a menos
que se haya auto-entrenado cuidadosa y sostenidamente para permanecer equilibrado
y en calma ante la faz de emergencias, y que haya construido un momentum de
energía controlada en el ambiente. El campo de práctica para tal entrenamiento es el
propio ambiente diario.
(Ruyard) Kipling decía: "Qué bueno es poder conservar la calma cuando todos los
demás a tu alrededor están perdiendo la suya y culpándote por ello." La cuestión de
mantener la calma (v.g. orientar la mente a las indicaciones de la Inteligencia
Superior, y mantener los sentimientos en calma y serenos ante las más desagradables
experiencias diarias), harán toda la diferencia entre la seguridad y el desastre en la
eventualidad de surgir una emergencia. Todos hemos tenido la experiencia de
contactar a un individuo calmado y equilibrado cuando nosotros mismos hemos estado
angustiados, y hemos atestiguado el efecto de la transferencia de ese sentimiento
calmado equilibro y sereno que calma nuestras emociones perturbadas. Así, aunque la
histeria, el miedo y las emociones incontroladas son instantáneamente transferibles,
también lo son las cualidades espirituales superiores de paz, equilibrio y balance.
Por encima de la raza humana, se proyectan grandes Seres Guardianes cuya
responsabilidad y servicio voluntario consiste en proteger a las corrientes de vida del
planeta, doquiera que surge la necesidad. Llevan a cabo este trabajo conectando Sus
propios sentimientos de Paz, Equilibrio, Seguridad, Calma y Sanación, con algún
individuo encarnado físicamente que pueda mantener el control armonioso de sus
energías emocional y mental en un momento en que las grandes masas están
perturbadas. A tales individuos se les singulariza, y a través de sus cuerpos fluye la
sustancia del Amor de Dios como un recubrimiento de Sanación, Protección, Paz y
Suministro.
Es así como las "alas del Todopoderoso" se despliegan sobre la faz de la Tierra.
Asimismo, individuos que por naturaleza y cultivo propio, son auto-controlados y
equilibrados en momentos de crisis, se convierten en los recipientes y dispensadores
naturales de la sustancia sobrenatural -el "maná del cielo"- de la cual a veces requiere
la gente para sostener la vida del cuerpo durante actividades cataclísmicas,
hambrunas, guerra, pestilencia u otras crisis de naturaleza similar. Observen cómo
Moisés alimentaba a los israelitas en el desierto, y cómo Jesús multiplicaba los panes y
los peces.
Comencemos individualmente, entonces, a auto-entrenarnos para permanecer
como la Presencia Comandadora de Paz ante las pequeñas experiencias triviales del
diario vivir, de manera que de presentarse la ocasión, podamos refugiarnos bajo las
alas del Todopoderoso y, más aún, convertirnos en esas mismísimas alas para los hijos
de la Tierra que puedan requerir de nuestra presencia, confort, asistencia y consejo.
Doquiera que "YO SOY", el Padre está presente.
Doquiera que "YO SOY" hay Paz infinita.
Doquiera que "YO SOY", está la Protección de Dios.
Doquiera que "YO SOY", cesan los problemas del hombre.
Doquiera que "YO SOY", la Naturaleza es amable.
Ante mí se extiende su fabuloso tablero.
Sus elementos conforman un manto a mí alrededor.
A senderos de seguridad soy conducido.
Doquiera que "YO SOY", la Luz de su Presencia,
Sanando y elevando, mora por siempre,
Fluyendo por siempre Su dulce bendición,
Doquiera que acontece Su voluntad victoriosa.
Doquiera que "YO SOY", las alas del Todopoderoso
Se despliegan con Amor sobre mis hermanos,
Nada malo puede ocurrirles,
A Su Presencia son conducidos dulcemente.
De, "Diario del Puente a la Libertad. El Morya"