Pensamientos mal escogidos. Cuidado con esto
PENSAMIENTOS MAL ACOGIDOS
De nada sirve que el estudiante diga, piense o sienta que no puede gobernar su pensamiento o sentimiento. Les aseguro que al principio sí requiere de un estado de vigilancia determinado, pero tiene que hacerse, y no hay forma de eximirse de ello. Si a gente extraña le diera por abrir la puerta de tu casa y entrar sin aviso previo y sin ser bienvenidos, estoy seguro de que en breve le echarías llave a la puerta y, de ser necesario, colocarías un letrero en el exterior diciendo que únicamente los invitados pueden entrar, y que nadie será recibido sin aviso previo. El mismo principio se puede aplicar a la hora de gobernar el mundo mental o de los pensamientos, colocando un letrero afuera del Círculo Mágico de nuestra vida activa, exactamente de la misma manera en que lo haríamos afuera de la puerta de nuestro hogar. El estudiante puede decir con plena autoridad: «¡Dios mío! Magna "Presencia" mía, rodéame con Tu Poderoso Círculo Mágico, de manera que nada distinto a ti pueda encontrar la entrada en ningún momento. Vela por que esto sea sostenido sin interrupción en todas partes; y con tu invencible Poder y Sabiduría, capacítame para gobernar y calificar eternamente todo pensamiento y acción externa con Tu pleno Dominio.»
CUIDADO CON ESTO
Mi Corazón anhela vivamente la Iluminación del estudiante que día tras día, semana tras semana, sigue diciendo: "¿Cómo voy yo a gobernar mis pensamientos? ¿Por qué estas cuestiones no se manifiestan como yo lo deseo? ¿Por qué todo no cambia como debería?" Mi querido estudiante, déjame decirte lo siguiente: Porque, en primer lugar, tu lo has erigido, lo has creado en tu mundo. En segundo lugar, cada vez que dices "por qué", "cuando", "dónde", "cómo" o "qué" le estás dando poder al viejo momentum externo. ¡Detente! ¡Mira! ¡Escucha!: Utiliza el lema que ha salido en la expresión externa de ustedes en los letreros de carretera -"¡Detente! ¡Mira! ¡Escucha!- cada vez que estés tentado a hacer una declaración negativa, o admitir cosas inferiores a la Perfección.
De, "Instrucción de un Maestro Ascendido. Maestro Ascendido Saint Germain. Discurso XXVI"